Tras muchos meses de dudas y dramas, finalmente el Reino Unido y la UE pudieron sellar un acuerdo in extremis para que no se produjese una ruptura y lo hicieron por lo sano. El apretón de manos llegó el 24 de diciembre, justo una semana antes de que finalizase el periodo de transición. Y así, en el día de Nochebuena, se puso fin a más de cuatro décadas de pertenencia del país británico a la Unión Europea.

Mira: ¿Cómo afrontan los trabajadores de España y Reino Unido su Brexit particular?

Tras revisar una copia del texto del acuerdo —más de 1.000 páginas de denso texto legal—, aquí os dejamos nuestras impresiones sobre 10 temas claves del acuerdo:

1— Pesca

Sin duda, una de las cuestiones más escabrosas de las negociaciones. De hecho, solo hay que ver la distancia de la que partían las posiciones de ambos negociadores: el Reino Unido quería una reducción del 80% del valor de las capturas de barcos comunitarios en sus aguas. Por su parte, la UE proponía una reducción del 18%. ¿En qué se ha quedado al final? Pues en un 25%.

Dicho recorte se introducirá de forma gradual en un periodo de transición de cinco años y medio, un marco temporal donde la UE cedió bastante. Y es que, tras ese tiempo, el Reino Unido pasará a controlar totalmente sus aguas y podrá realizar los recortes que se le antojen. En dicho caso, la UE podrá compensar a sus pescadores mediante la aplicación de aranceles a productos de pesca británicos, o impidiendo que los barcos de las islas faenen en aguas comunitarias. Veremos.

2— El "campo de juego”, nivelado

Una de las demandas claves de la UE a la hora de firmar el acuerdo fue mantener ciertas normas de competencia leal. Es decir, de un marco regulatorio por el que las empresas de un lado no obtengan ventajas injustas sobre sus competidores del otro lado. Ahí, por ejemplo, entran ciertos niveles estipulados de ayuda estatal para las empresas.

Eso sí, en ningún lugar se garantiza que dichas normas deban ser idénticas en el futuro. Y a diferencia de como ocurría hasta ahora, el Reino Unido podrá desarrollar un sistema que sólo tome decisiones una vez que se presenten pruebas de competencia desleal.

3— Resolución de controversias

Aquí se avecinan años de negociaciones al respecto. Pues, ¿qué ocurrirá si alguna de las partes rompe alguno de los términos y condiciones? ¿De qué índole pueden ser las represalias a dichos incumplimientos?

Por ahora, el acuerdo alberga un mecanismo llamado “cláusula de reequilibrio”, que otorga tanto a la UE como al Reino Unido el derecho a tomar medidas (aranceles, por ejemplo), siempre y cuando existan divergencias significativas. Dicho mecanismo fue una demanda clave del lado europeo y, por lo visto, es mucho más estricto que las medidas que se encuentran en otros acuerdos comerciales de la UE.

4— Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJCE)

Aquí, el que puso una línea roja fue el equipo negociador del Reino Unido. El gobierno británico dijo que la jurisdicción del TJCE sobre su país iba a llegar a su fin. Y así será, al menos en parte.

El más alto tribunal europeo no desempeñará un papel directo en la supervisión del acuerdo en el futuro. Pero a cambio, tendrá un papel predominante en Irlanda del Norte, territorio del Reino Unido que contará con un estatus especial en el acuerdo de retirada. Puesto que Irlanda del Norte seguirá sujeta a las normas del mercado único y a la unión aduanera de la UE, el TJCE seguirá siendo máxima autoridad legal para algunas disputas en el Reino Unido.

5— Viajes

En este punto existen cambios de calado. Para empezar, los ciudadanos del Reino Unido necesitarán un visado si quieren permanecer en la UE más de 90 días en un período de 180 días. Podrán, eso sí, seguir usando la EHIC (European Health Insurance Card, por sus siglas en inglés), que seguirá siendo válida hasta que caduque. Y a espera de una nueva tarjeta, el consejo del gobierno británico recomienda a sus ciudadanos que se contrate un seguro de viaje con cobertura médica antes de las vacaciones, especialmente si hay condiciones médicas preexistentes.

Por su parte, los pasaportes para animales domésticos de la UE ya no serán válidos, y en este sentido se creará un nuevo proceso más complicado. Además, aunque ambas partes acordaron cooperar en el roaming, puede que los viajeros del Reino Unido tengan que pagar por usar su teléfono en la UE y viceversa.

Por último, parece que los ciudadanos británicos no necesitarán un Permiso de Conducir Internacional para conducir en la UE. Necesitarán, eso sí, una tarjeta verde para demostrar que tienen el seguro de vehículo adecuado.

6— Servicios financieros

La gran esperanza del Reino Unido con este acuerdo era que la UE emitiese decisiones de "equivalencia" en materia de servicios financieros en un futuro próximo, pero las empresas de servicios en general no han recibido tanta ayuda como la que se buscaba en el Reino Unido.

Aunque hay abierto un proceso para buscar la susodicha “equivalencia”, es probable que algunas empresas de servicios financieros tengan que solicitar a determinados países de la UE que se les permita operar en ellos. El acceso que tenían las empresas del Reino Unido al mercado único de la UE es, ya, cosa del pasado.

7— Datos

Tema muy importante. Otro tema en el que el Reino Unido está pendiente de que la UE emita “una decisión de adecuación de datos” que, como en el caso de los servicios financieros, reconozca las normas del Reino Unido como equivalentes a las suyas propias. Pero los detalles serán aquí de la máxima importancia.

Tanto la UE como el Reino Unido desean que los datos fluyan por sus fronteras con la mayor fluidez posible, pero el acuerdo hace especial hincapié en el derecho de los ciudadanos a la protección de su privacidad. Así, la decisión de la UE de reconocer que las normas sobre datos del Reino Unido son las mismas que las suyas propias es de capital importancia.

Por ahora, el organismo comunitario ha acordado un “periodo específico” de cuatro meses, prorrogable por otros dos, en el que los datos pueden intercambiarse de la misma manera que hasta antes del Brexit. Siempre y cuando, claro, el Reino Unido no introduzca cambios en sus normas de protección de datos.

8— Normas de productos

Una nueva ola de burocracia va a tomar el Canal de la Mancha, por mucho que no sea igual que hace medio siglo. Y aunque no hay una lista clara de los nuevos obstáculos al comercio entre la UE y el Reino Unido, lo que está claro es que los habrá.

No obstante, sí es cierto que existirán algunas medidas que reduzcan obstáculos técnicos al comercio. Ahí está, por ejemplo, el reconocimiento mutuo de los planes de comercio de confianza, los cuales facilitarán a las grandes empresas la operación transfronteriza.

9— Calificaciones profesionales

Una de las preguntas clave tras el acuerdo era la siguiente: ¿se reconocerán los títulos profesionales del Reino Unido en toda la UE (y viceversa) en el futuro?

La respuesta corta es que no. Las calificaciones no se reconocerán de forma automática. Los profesionales de uno y otro lado tendrán que presentar una solicitud para intentar que se acepten sus cualificaciones, sin ninguna garantía de éxito. Y aunque existe un marco en el acuerdo para que el Reino Unido y la UE reconozcan de forma mutua las cualificaciones individuales, éste es mucho más débil que el que tuvieron hasta ahora los profesionales.

10— Seguridad

Y la cosa no se trataba sólo de comercio, porque con el Brexit el Reino Unido perderá el acceso automático a una variedad de bases de datos de la UE que la policía utiliza todos los días. En ellos se cubrían aspectos como los antecedentes penales, las huellas dactilares y las personas buscadas.

A cambio de perder el acceso a algunas bases de datos muy importantes, el Reino Unido mantendrá su entrada para otros sistemas, como el de comprobación de huellas dactilares en todo el continente. En cualquier caso, la cooperación en materia de seguridad ya no se basará en el acceso "en tiempo real".

Por otra parte, se ha llegado a un acuerdo sobre la extradición y en cuanto al papel del Reino Unido en Europol, la agencia de seguridad transfronteriza europea. Los desacuerdos en esta materia serán tratados por un nuevo comité, no por el Tribunal de Justicia Europeo —de nuevo, una línea roja para el Reino Unido—.

Conclusión

Hay muchas otras preguntas por responder — este acuerdo será la base de las relaciones entre el Reino Unido y la UE durante años, si no décadas—. Y ambas partes tendrán que mantenerse en la mesa de negociaciones sobre cómo mantener su nueva relación de la manera más efectiva.

Mira: Brexit: ¿Cómo va a ser la vida de europeos y británicos a partir de ahora?

En cualquier caso, nuestro equipo continuará leyendo el texto del acuerdo y añadirá nuevo contenido a esta historia en caso de que lo considere necesario.

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