Las reglas han cambiado y el shock ha sido total para algunos. Solo hay que imaginar qué ocurriría si, de repente, el clima de la Costa del Sol española cambiase por completo. Si lluvias y un cielo gris comenzasen a ser la nota dominante. Es probable que miles de los británicos expatriados en el Mediterráneo dijesen: “Yo no vine aquí para esto”. ¿No?

Pues algo así es lo que ha ocurrido con el Brexit. La lluvia y el viento diplomático han azotado la costa. Y muchos se preguntan cómo han llegado hasta aquí. Desde el pasado 1 de enero en el que entró en vigor el nuevo acuerdo entre el Reino Unido y la UE, los ciudadanos británicos son tratados como personas de un “tercer país”. Y esto conlleva un nuevo sistema al que acogerse.

Cambio de estado

Estas son las principales diferencias a las que, desde el pasado mes de enero, se enfrenta cualquier ciudadano del Reino Unido llegado a España.

  • Los turistas, incluyendo los que tienen una segunda residencia en el país pero no han solicitado la residencia, ya no pueden ir y venir a su antojo. Ahora pueden pasar en España un máximo de tres meses de cada seis.
  • Para poder adquirir la residencia en España, el solicitante tendrá que demostrar que tiene ingresos, ya sea a través de un contrato con una empresa española, o demostrando que tiene al menos 2000 libras (2223 euros) al mes en su cuenta.
  • En caso la solicitante sea una familia entera, el montante total aumenta. Tendrán que ser 500 libras extras al mes por cada miembro de la familia. Por ejemplo, un núcleo familiar de cuatro miembros tendrá que demostrar que cuenta con un salario anual de al menos 42 000 libras esterlinas
  • Además, los permisos de conducir británicos tendrán que ser sustituidos por uno español.

Historias de los afectados

Por todo esto, los últimos meses han sido un frenético periodo de adaptación, de cambio, para muchos británicos que pensaban que su vida iba a transcurrir tranquilamente a orillas del Mediterráneo.

  • El cambio de tendencia ya lo detectó, por ejemplo, Michel Euesden, director del Euro Weekly en Fuengirola, un periódico que proporciona noticias para los británicos que viven aquí.  "Las empresas de mudanzas nunca han estado más atareadas, es la primera vez que hemos visto algo así”. “Por un lado, debido a la pandemia, a la falta de ingresos, mucha gente mayor se está yendo de la Costa del Sol; mientras, otros más jóvenes, con ingresos, con trabajos telemáticos, son los que vienen a sustituirlos”.
  • Algunas, como sus amigas de toda la vida, Jan Miller y Sonia Martin, aprovecharon antes de enero de 2021 para mudarse a España. Lo consiguieron, y se instalaron sin problemas en Málaga, dejando Warrington atrás. Pero nada es tan fácil como antes: "Creo que va a ser mucho más difícil... tienes que tener más ingresos en el banco, planear mucho más el futuro a nivel económico; no es tan sencillo.”
  • Los cambios le han complicado todavía más la vida a Eric Anderson, una de esas golondrinas que pasaba el invierno en Gran Bretaña y el verano en la Costa del Sol. Trabajador retirado de los astilleros de Newcastle, 71 años, Eric lleva dos veranos consecutivos sin poder volar a España. Y cuando pueda hacerlo, su tiempo de estancia se verá limitado por el nuevo marco post-Brexit: "Estoy muy decepcionado. Pagamos una hipoteca de 20 años para tener una casa de vacaciones y ahora estamos limitados a solo 90 días en cualquier punto de Europa. Y esto es algo que le está pasando a mucha otra gente”.
  • Porque, pese a todo, hay historias peores, de vínculos familiares que se pueden romper, como la de Tracy Turnero Sheehan. Tracy llegó a Marchena hace 16 años, ahora es residente española, dirige una escuela de inglés y tiene una pareja española, Enrique, con el que tiene un hijo. “Pero si alguna vez quisiéramos volver al Reino Unido como familia”, explica Tracy, “yo podría volver, mi hijo también, pero Enrique necesitaría cumplir el ingreso mínimo o el sistema de puntos. Y con pena, dice: “Es casi imposible volver a vivir al Reino Unido. La verdad es que me siento un poco olvidada."

Conclusión

Estas son solo cuatro historias, cuatro entre los más de 360 000 residentes británicos registrados en España, muchos de los cuales viven en la costa mediterránea. Según Michel Euesden, del Euro Weekly, se viene un cambio dramático: "Tradicionalmente, la británica ha sido una comunidad con una media de más de 50 años. En 12 meses, es probable que esta sea de 35 años”.

La comunidad británica se rejuvenecerá. Mayores papeleos, nuevos permisos de conducir, una sanidad que ya no es compartida, un nivel mínimo de ingresos obligatorio. Todo ello son obstáculos, mayores a cuanta más edad tenga el expatriado. “Los grupos de toda la vida serán reemplazados por un grupo de personas jóvenes que puedan permitirse estar aquí”, afirma Euesden.

El Brexit ya ha dejado numerosos cambios en Gran Bretaña. Ahora, la realidad también comienza a cambiar en las segundas casas de muchos ciudadanos británicos. En el Mediterráneo. Donde los planes de futuro de muchos británicos han cambiado de forma radical desde enero de 2021.

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