Todos los estados miembros de la UE cuentan con sus particulares incentivos para atraer inversiones extranjeras desde países no pertenecientes a la Unión. La mayoría son procesos de “golden passport” o “golden visa”, los nombres más comunes de los programas de Ciudadanía por Inversión y Residencia por Inversión (CBI y RBI, por sus siglas en inglés).
Estos proporcionan acceso a la residencia o ciudadanía en un país a cambio de la inversión de una cantidad específica y de un proceso claramente definido. Los planes CBI/RBI varían enormemente en cuanto a los requisitos que se requieren y los derechos que se conceden, pero cuentan con características comunes.
De igual forma, sus retos y las polémicas que generan son similares.
Puntuación
Delimitar y clasificar dichos planes ha requerido de un enfoque sistemático y cauteloso. En nuestro caso consideramos uno en particular.
A los efectos del análisis, se ha utilizado una metodología específica[1], que tiene en consideración los siguientes aspectos:
- Obligaciones de inversión: es decir, los niveles de riqueza y compromiso con el estado miembro que el plan requiere. Se asigna un punto a los planes que ofrecen CBI/RBI a cambio de una inversión financiera activa; dos puntos a los planes que requieren una inversión activa o pasiva; tres puntos a los planes que sólo requieren una inversión pasiva de alto nivel (de más de 500.000 euros) y cuatro puntos para una inversión pasiva de bajo nivel (de menos de 500.000 euros).
- Presencia física requerida en el territorio: o la obligación de que los solicitantes seleccionados pasen algún tiempo en el territorio para mantener la condición de residentes. A un requisito de residencia prolongada (más de seis meses) para mantener la condición de residente se le da un punto; a una presencia de uno a seis meses, dos puntos; un requisito de presencia física ligera (de un día a un mes), tres puntos; y a ningún requisito de presencia física se le dieron cuatro puntos.
Además, para evaluar las ventajas que ofrece el proceso de residencia o ciudadanía se consideraron los siguientes aspectos:
- Acceso a la movilidad: ¿qué acceso otorga el estatuto de la UE? Aquí se conceden cuatro puntos para los regímenes que conceden la ciudadanía; tres para los que conceden un permiso de residencia de larga duración en un estado miembro de Schengen (más de cinco años); dos para los que conceden un permiso de residencia temporal (cinco años) y un punto para un permiso de residencia que concede acceso a un solo estado de la UE (no miembro de Schengen).
- Acceso a un régimen fiscal favorable: ¿cuáles son los incentivos fiscales previstos en el estatuto? Aquí asignamos cuatro puntos a los estados que ofrecen acceso a regímenes fiscales preferenciales[2] que eximen total, o parcialmente, de impuestos a las rentas del extranjero; tres puntos a los que eximen del impuesto sobre la renta de las personas físicas de nivel bajo (entre un 10% y un 19 %), dos puntos al impuesto sobre la renta de nivel medio (20-40 %) y uno al impuesto sobre la renta de nivel alto (más del 40 %)[3].
Clasificando los diferentes CBIs y RBIs
En el gráfico, se representan los diferentes CBIs/RBIs de la Unión Europea con las puntuaciones obtenidas.
En la esquina superior derecha asoman los programas más accesibles y que al mismo tiempo conceden más derechos. Actualmente, los de Bulgaria, Chipre, Estonia, Irlanda, Italia, Letonia, Malta y Portugal.
Los programas de Estonia e Italia se mencionan con menos frecuencia en medios especializados, probablemente debido a las recientes modificaciones de sus sistemas jurídicos. Por otra parte, otras investigaciones posteriores han señalado como de nivel medio los planes de Austria, Bélgica, Croacia, España, Grecia, Francia, Hungría, Lituania, los Países Bajos, Rumania y el Reino Unido.
El caso de España
Aunque España se presenta a menudo como el típico país que ofrece "Golden Visas", su sistema de RBI sólo concede un permiso de estancia relativamente corto en comparación con otros países: menos de cinco años (luego de la autorización inicial que es por dos años en el caso de la residencia por inversión). Además, dicho permiso no otorga necesariamente acceso a un régimen fiscal preferencial.
España introdujo un régimen fiscal atractivo en 2005 para atraer a profesionales altamente cualificados, el cual exime de impuestos a los ingresos en el extranjero. Pero esta iniciativa no estaba dirigida a los inversores, sino a trabajadores altamente cualificados. Es la denominada "Ley Beckham", ya que los cambios se introdujeron en 2015 después de que el régimen fuera objeto de abusos por parte de futbolistas, entre ellos David Beckham.
Optar por este régimen fiscal preferente solo es posible para los extranjeros que vienen a trabajar para una empresa ubicada en España. Así pues, los requisitos para obtener este estatuto fiscal están más orientados a los trabajadores migrantes y no a los inversores en búsqueda de residencia o ciudadanía. En cualquier caso, este régimen es más restrictivo que los de países como Portugal o Chipre.
Conclusión
En los últimos años, y más aún en los últimos meses, los informes de noticias y/o nuevas investigaciones criminales han arrojado luz sobre prácticas dudosas y escándalos en torno a los esquemas de CBI/RBI y han venido a señalar las vulnerabilidades de estos esquemas. Si bien las comprobaciones de los antecedentes penales están incluidas en su marco jurídico, la exactitud de éstas es cuestionable. Tan cuestionable como algunos de los solicitantes y el origen de los fondos invertidos por estos.
Además, los incentivos fiscales que ofrecen los planes del CBI/RBI constituyen un importante factor de impulso de la demanda. A ese respecto, se ha considerado que los planes que ofrecen acceso a regímenes fiscales especiales son particularmente arriesgados[4]. También, un motor dentro de una posible inequidad en la UE.
Pese a todo ello, el intercambio de residencia o ciudadanía por dinero se ha normalizado. Casi la mitad de los estados miembros de la UE utilizan ahora programas de golden visa con inversores pasivos. La proliferación de estos canales sugiere que se está avanzando, todavía más, dentro de las tendencias neoliberales comunitarias.
Lo que está claro en 2021, eso sí, es que la política de migración también puede utilizarse para atraer dinero en lugar de personas. Esta es ya una forma asentada de diversificar estrategias para impulsar la economía, aprovechando las políticas de visados para captar inversiones, no solo inmigrantes.
Bibliografía:
- [1] Parker O., 'Commercializing Citizenship in Crisis EU: The Case of Immigrant Investor Programmes', Journal of Common Market Studies, 55, 2, p.332-348, 2017; Džankić J., 'Immigrant investor programmes in the European Union (EU)', Journal of Contemporary European Studies, 26, 1, 2018, p.64-80. La lógica subyacente de la escala desarrollada por Džankić es que bajo la obligación de estatus más baja (1), el inversor obtiene la ciudadanía casi directamente; bajo la más alta (5) el inversor está vinculado a la residencia ordinaria obligatoria, que después de varios años podría dar lugar a la ciudadanía.
- [2] En los países que ofrecen un "estatus de no domiciliado", una persona que vive en estos países puede ser considerada residente a efectos fiscales pero seguir teniendo su domicilio (es decir, su residencia permanente) en otro país. Este estatus permite a una persona no pagar impuestos sobre sus ingresos y ganancias de capital en el extranjero, a menos que el dinero se introduzca en el país de residencia.
- [3] Basado principalmente en Knobel A., Heitmüller F., Citizenship and Residency by Investment Schemes: Potential to avoid the Common Reporting Standard for Automatic Exchange of Information, Marzo 2018.
- [4] Véa ejemplo, en los informes de Transparencia Internacional
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